sábado, 22 de mayo de 2010
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"TO LIVE IS TO FLY"
Vivir es volar /Alto y bajo
Asi que desempolva tus alas
Y quitate el sueño de los ojos
Adios a todos mis amigos
Es hora de irse otra vez
De pensar en la poesia
Y de salir a tocar por ahi
Añorare el sonido de este local
Los bajos son graves y los agudos cristalinos
Pero no recompensa pensar demasiado
En lo que dejas atras
TOWNES VAN ZANDT
Asi que desempolva tus alas
Y quitate el sueño de los ojos
Adios a todos mis amigos
Es hora de irse otra vez
De pensar en la poesia
Y de salir a tocar por ahi
Añorare el sonido de este local
Los bajos son graves y los agudos cristalinos
Pero no recompensa pensar demasiado
En lo que dejas atras
TOWNES VAN ZANDT
DE LAS AGUAS
Cuenta el mar,respirando sus luces
Bajo las rocas, que la distancia se esfuma
Ingravida,aveces queda,como pulga
En el mosaico,con ese desdén que disuelve
Todas las caretas y comulga del tiempo
en la distancia y de la distancia en el tiempo
Su espalda azul persiste en la calma que fecunda
La densa nada de un garfio facil a la agonia,
Cuando no troceado en habiles lamentos,
Toboganes demasiado veloces
Para un parpado sediento de virajes
Que nunca llegan a posarse,a beberse
Sorbo a sorbo el orizonte caudaloso.
Y es en la esgrima de su lluvia inagotable
Por donde se abren las estelas,revientan
De caricias los reflejos o se concentra
En ola de sal un turbio pensamiento
-Puente latente al soñar de las espadas de mar-
Apetito en la espera,solamente.
De allí saltan a su locura los verdes pulpos
Que todo lo evocan,semillero
Para una mirada que busca su letra
En el dolor de las mareas,que recuenta
Su tristeza en el monologo distraido
De la luz y de las algas.
Suena allí nuestra voz -La que anuncia el desamparo-
En el rompiente de las aguas batidas,
Y a nuestra izquierda un farol sobre el vuelo de las gaviotas,
Murmurando la retirada del dia
En el toque caduco de su gesto mortecino.
Así las sombras anochecieron en la bahía
Y el faro de multiples ojos fue espada de luz
En las tinieblas,y,mas abajo,
Por donde el mar y la tierra combatian,
Todo eran rugidos de muchedumbre,
Voces negras que estrellaban su lamento.
Y me fuí,nos fuimos,yo conmigo mismo,
Tembloroso... resonando en el oscuro craneo
El hachazo de un mar enfurecido.
Sentí nostalgia de la brisa,fatigado ya
De vendabales que borran el paisaje.
Amé la calma del mediodia y supe de cierto que triste era
Estar solo,que insipido el mundo cuando no late
¡Que verguenza respirar y no embriagarse!
Desandube y deshice mi madeja de leche acristalada.
Husmeé el azar entre crustaceos muertos
Que a nadie respondia,y,alentada el alma
Por la ternura de la muerte,enfiló
La mano diestra un amago de locura.
¡Que lucida imagen... abrazó el tronco carcomido!
Cantaba el mar...
Cuenta el mar,respirando sus luces
Bajo las rocas, que la distancia se esfuma
Ingravida,aveces queda,como pulga
En el mosaico,con ese desdén que disuelve
Todas las caretas y comulga del tiempo
en la distancia y de la distancia en el tiempo
Su espalda azul persiste en la calma que fecunda
La densa nada de un garfio facil a la agonia,
Cuando no troceado en habiles lamentos,
Toboganes demasiado veloces
Para un parpado sediento de virajes
Que nunca llegan a posarse,a beberse
Sorbo a sorbo el orizonte caudaloso.
Y es en la esgrima de su lluvia inagotable
Por donde se abren las estelas,revientan
De caricias los reflejos o se concentra
En ola de sal un turbio pensamiento
-Puente latente al soñar de las espadas de mar-
Apetito en la espera,solamente.
De allí saltan a su locura los verdes pulpos
Que todo lo evocan,semillero
Para una mirada que busca su letra
En el dolor de las mareas,que recuenta
Su tristeza en el monologo distraido
De la luz y de las algas.
Suena allí nuestra voz -La que anuncia el desamparo-
En el rompiente de las aguas batidas,
Y a nuestra izquierda un farol sobre el vuelo de las gaviotas,
Murmurando la retirada del dia
En el toque caduco de su gesto mortecino.
Así las sombras anochecieron en la bahía
Y el faro de multiples ojos fue espada de luz
En las tinieblas,y,mas abajo,
Por donde el mar y la tierra combatian,
Todo eran rugidos de muchedumbre,
Voces negras que estrellaban su lamento.
Y me fuí,nos fuimos,yo conmigo mismo,
Tembloroso... resonando en el oscuro craneo
El hachazo de un mar enfurecido.
Sentí nostalgia de la brisa,fatigado ya
De vendabales que borran el paisaje.
Amé la calma del mediodia y supe de cierto que triste era
Estar solo,que insipido el mundo cuando no late
¡Que verguenza respirar y no embriagarse!
Desandube y deshice mi madeja de leche acristalada.
Husmeé el azar entre crustaceos muertos
Que a nadie respondia,y,alentada el alma
Por la ternura de la muerte,enfiló
La mano diestra un amago de locura.
¡Que lucida imagen... abrazó el tronco carcomido!
Cantaba el mar...
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